Ayudar al niño con los deberes del colegio

14.11.2012 14:51

Ayudar al niño con los deberes del colegio

Lo que pueden hacer los padres para ayudar con los deberes

 

Por muy equipadas que estén las escuelas no pueden ni deben sustituir a los padres en su responsabilidad educativa. Se sabe que la acción directa de los padres en el proceso formativo de los hijos es clave en su desarrollo saludable y que la ausencia de esta participación no se compensa con matrículas colegiales costosas. 

Tan negativo resulta para el hijo o alumno unos padres que no se acercan a su colegio ni por casualidad como unos profesores encerrados en su torre de marfil. Sin embargo, es justo precisar que no todo es cuestión de visitas y reuniones. Uno de los aspectos donde se patentiza la sana preocupación por los hijos es el referido a los estudios.

Deberes para casa de los niños

Los deberes del niño para casa

Con el ingreso en el colegio y su participación en este sistema el niño asume su nueva identidad de alumno que comporta la asunción progresiva de responsabilidades. En sentido estricto entra en escena la pedagogía escolar, cuya fuerza reguladora desborda el salón de clase y penetra en el hogar del niño.

Los deberes muestran nítidamente que el estrenado rol de estudiante también comporta obligaciones. Estas actividades infantiles, no exentas de controversia, han de complementar a las realizadas en el colegio y deben encaminarse a recuperar, afianzar o avanzar distintos aspectos del aprendizaje.

En el amplio espectro de ejercicios posibles cabe citar, por ejemplo, el estudio de un tema, la redacción, el dibujo, la resolución de problemas o la realización de un trabajo manual. El establecimiento arbitrario o abusivo de deberes ha de descartarse. La imagen de niño privado de esparcimiento y juego, sobrecargado de actividades inconexas y abrumado por la escasez de tiempo para realizarlas configura una estampa tan triste como la que ofrece el difundido retrato infantil en que su ocioso y solitario protagonista no se despega durante horas de la pantalla del televisor o videojuego.

Para que los deberes sean beneficiosos han de enmarcarse en una estrategia pedagógica que valore y estimule el esfuerzo personal, pero que no impida al niño disfrutar de la compañía de familiares y amigos, de actividad lúdica ni de descanso. Asimismo, las tareas encomendadas, fruto de la coordinación del equipo profesoral, han de respetar las diferencias existentes entre los alumnos y acomodarse a su edad, ritmo de aprendizaje, situación, necesidades, aptitudes e intereses. 

Las tareas escolares en casa abren una ruta formativa idónea para conquistar autonomía y consolidar el hábito de trabajo. Por otro lado, en la medida en que los deberes permiten aplicar en el hogar los conocimientos y destrezas adquiridos en el colegio, fortalecen la demandada comunicación entre padres y profesores.

Cómo ayudar a los hijos con los deberes

Carece de sentido que los padres realicen los deberes de sus hijos. El trabajo escolar responde a una finalidad educativa que se esquiva cuando son los progenitores quienes lo realizan, con el consiguiente perjuicio en sus hijos. Tampoco es recomendable que en torno a los deberes predomine la postura permisiva ni la rigidez sancionadora, porque pueden conducir respectivamente a que el hijo haga lo que quiera o a que realice las tareas por temor y no por verdadero compromiso.

Es muy saludable, en cambio, la actitud de los padres presidida por la conversación, el equilibrado control, el acompañamiento, la orientación y siempre presta a garantizar las condiciones ambientales apropiadas para el trabajo escolar, sobre todo en lo que se refiere al lugar, la planificación y los recursos utilizados. Esta disponibilidad parental, expresión de comprensión y ayuda, resulta muy estimulante, al tiempo que fomenta la autoexigencia, el hábito de estudio y la responsabilidad.

Lo que pueden hacer los padres:
 * Fomentar el hábito de estudio y la responsabilidad.
* Actitud comunicativa y colaboradora.

Lo que no deben hacer los padres:
* Hacer los deberes por los hijos.
* Adoptar una postura permisiva o la rigidez sancionadora.